Preguntas Que Todos Hacemos — G. de Purucker

Vol. 1 No. 2 (8 de Octubre de 1929)

II — LA SABIDURÍA DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS

Me pregunto cuánto mucho más grande esa es que la sabiduría de los mayores — los mayores con sus mentes sofisticadas, haciéndoles pensar que ellos saben [todo más allá del cielo y por debajo de la tierra, y en las aguas bajo de la tierra, como dice el dicho. Los niños pequeños con sus rápidas mentes instintivas, rápida visión instintiva, intacta, sencilla, parecen saber las cosas instantáneamente, como si fuese intuitivamente, y sus preguntas, diferentes en esto a la de los mayores, surgen no tanto de su ignorancia, sino fuera de su deseo por mayor conocimiento, por una perspicacia interna y externa más verdadera.

¿Por qué son las preguntas de los niños pequeños tan difíciles de contestar para los padres y los mayores? Solo piensen en ellas. Sí nosotros somos tan sabios y sabemos tanto, y somos tan sofisticados, y pensamos de nosotros mismos como educadores naturales y apropiados de los niños pequeños, ¿por qué no podemos contestar sus preguntas? Porque no sabemos, la mayoría del tiempo, y aún aquellas preguntas que pensamos que podemos contestar, las llamadas respuestas científicas, porqué, es el conocimiento común de las calles hoy en día que los científicos han derrocado el conocimiento de sus antecesores de una manera muy, muy grande, y están confusos por las preguntas las cuales la naturaleza, la gran Madre-niño pone en la mente investigadora del hombre, o mejor dicho que el hombre mismo ve en las operaciones de la Madre-niño.

Así ¿qué vamos a hacer? Los pequeños nos preguntan, y confesadamente, no siempre les podemos contestar; y las respuestas que podemos ofrecer son también insatisfactorias para nosotros mismos. Sabemos que muy frecuentemente no son buenas respuestas, y son respuestas que en general no pasarían fácilmente con otros adultos; y sin embargo, los niños tienen que ser respondidos. Los niños tienen que ser enseñados. Debemos darles alguna respuesta que sea satisfactoria, algunas respuestas para todas sus preguntas, de otra forma no les damos nada; y nuestros niños crecerán en la así llamada manera "natural," alabada por filósofos superficiales y visionarios irreflexivos, lo que significa que los niños finalmente triunfarán en crecer presuntuosos de primera clase, ¡dioses inmortales! sin saber nada que sea de valor, sin tener ningún entrenamiento, ni moral, ni intelectual, y sin tener ejemplos de sus mayores a seguir, por consiguiente creciendo sofisticados y completamente consentidos, tanto como nosotros hemos sido, aunque en menor grado, así que tenemos que olvidar casi todos los días todo lo que se nos ha enseñado a considerar como cosas del conocimiento.

Supongo que esta idea de permitirle a un niño crecer "naturalmente," es, en un sentido, una reacción de los rígidos y falsos sistemas didácticos y educacionales de nuestros ancestros occidentales; pero aún así, sus resultados son peores, en todo caso, que los resultados que nos sucedieron a nosotros. Es mejor educar; aunque imperfectamente — es mejor instruir, aunque imperfectamente — que permitirle a un niño que crezca pensando que ambos la educación y la instrucción son las tonterías de los viejos carcamanes, sus padres, y que el niño mismo es una creación de la naturaleza tan perfecta, en su propia mente, que se convierta en un pequeño y diminuto dios en ruedas. ¡Esta así llamada educación natural es solo y llanamente una tontería, y contiene en sí las semillas de inmoralidad y crimen!

Un retrato sombrío, ¿no es así? Y aún así es un retrato de la realidad. Estoy hablando deliberadamente y con énfasis, porque como un teósofo quiero que las ideas que estoy tratando de expresar se graben en sus mentes. Yo mismo he experimentado el valor de estas enseñanzas teosóficas, y se que buenas y útiles son. Sus niños deben ser instruidos: es más, ellos deben ser educados. Ellos no deben meramente ser enseñados lo que nosotros los adultos pensamos que sabemos, eso es, aparentemente lógicas y naturales respuestas a las preguntas las cuales la naturaleza nos pone; sino que ellos también deben de ser educados, "hacer resaltar," es decir, hacer resaltar las facultades internas dentro del niño hacia la expresión de sus poderes naturales.

Eso es un problema, y supongo que nadie lo sabe mejor que el pensamiento y conciencia de los padres y las madres. Hoy ellos se cuestionan a sí mismos seriamente: ¿A dónde debería enviar a mi hijo a la escuela? ¿A dónde debería enviar a mi hija a la escuela? Bien, ustedes saben como son algunas de estas escuelas. Haciendo todas las concesiones por los espléndidos hombres y mujeres en las escuelas quienes están haciendo su mejor esfuerzo bajo de lo que son tan frecuentemente las más vergonzosas y desfavorables circunstancias, nuestras escuelas no son para nada lo que deberían ser.

Fue con esta situación en mente, en parte, que Katherine Tingley, hace algunos treinta años, fundó el sistema de educación Raja-Yoga, tal sistema no solamente enseña, es decir, instruye, al niño intelectualmente, como va la palabra, sino trata de sacar las facultades internas del niño, en otras palabras, educarlo — el significado de lo cual es sacar lo que está dentro. Esta combinación de objetivos es el ideal, la meta, a la cual nos esforzamos en llegar.

Creo que ningún verdadero profesor de teosofía nunca les dirá que hemos alcanzado resultados perfectos, porque, en primer lugar, siempre hay lugar para crecer. Y cuidado, no son siempre aquellos quienes hablan más elocuentemente acerca de Raja-Yoga los mejores ejemplos de ello. Las palabras llegan fácilmente a los labios desconsiderados; pero el sistema de educación de Raja-Yoga está sobre todo lo demás, es una vida. Es, de hecho, el lado ético, el lado filosófico, el lado religioso, y el lado científico, de la teosofía, todo puesto en práctica con tal que ambos los profesores y los estudiantes lo puedan hacer. No todo el que grita: "Señor, Señor," ve lo Divino, ni es todo quien reclaman ser un pupilo de Raja-Yoga digno del título, a menos que él o ella lo demuestre en la vida.

Esto en ningún sentido significa que nuestros pupilos de Raja-Yoga o graduados son "santos" o ejemplares de una pedante auto-satisfacción. Sino significa que han tenido cada oportunidad de ser dignos de un espléndido sistema bajo el cual fueron educados, y de acuerdo al cual fueron enseñados.

Esto pudiese parecer a ustedes quizás como un sermón, pero aún así, es un sermón excesivamente bueno. Es verdad. Es el hombre o la mujer, quien vive lo que cree ser verdad y correcto y honorable e impersonal, quien es un verdadero estudiante de Raja-Yoga. Ni está una de las más sublimes virtudes de la naturaleza humana ausente en el entrenamiento de Raja-Yoga: quiero decir la gratitud. Por el contrario, no existe gente tan agradecida, agradecida de corazón, agradecida de mente, como son aquellos quienes han entendido lo que la educación y el entrenamiento de Raja-Yoga significa. Este entrenamiento comienza aún con los más pequeños, y por lo tanto es delicia pura escuchar lo que ellos dicen, o estudiar las preguntas que ellos hacen, porque estas preguntas y dichos tan hermosamente ejemplifican la venida hacia el ser de las facultades innatas de los más pequeños.

Si, algunos dichos de los pequeños — singulares, humorísticos, a veces irresistiblemente graciosos — algunas veces muestran la amplitud y profundidad aún en la mente del niño, en otras palabras, muestra Algo atrás de lo aparente externo, detrás, como si estuviera, la mente desarrollándose del pequeño, la cual se está esforzando por expresarse a sí misma conforme crece.

La mente de un niño no es como algunos antiguos filósofos en nuestros países europeos han tratado de establecerla: una tabula rasa, una tableta en blanco, en la cual las experiencias de la vida en crecimiento del niño imprimirán su carácter a medida que crecen. Me parece a mí que el más simple examen de ustedes mismos, y de los pequeños alrededor de ustedes, fácilmente les ensañará de manera diferente. Cada niño tiene su propio carácter el cual viene con su nacimiento, a través del nacimiento. Se trae a sí mismo a la vida; trae por lo tanto su propio carácter; y su carácter no es hecho ni creado; ni siquiera nosotros podemos decir que su carácter está totalmente moldeado o formado por la experiencia de la resultante vida. En lugar de ser una tabula rasa o una tableta en blanco, en la cual sus experiencias de la vida escribirán leyendas del bien y del mal que tiene que pasar, la constitución interna del niño o mente, en otras palabras el niño mismo, trae con él hacia la vida terrena vastos tesoros de experiencias fuera del pasado de todos los tiempos: buenos, malos e indiferentes; y estos, en su conjunto, y en el efecto que han tenido sobre el alma desarrollada, son lo que nosotros llamamos carácter.

Ahora aún nuestra maravillosa educación de Raja-Yoga no puede alcanzar milagros. Nosotros no creemos en milagros. Ustedes "no pueden hacer un bolso de seda" — ustedes conocen el ¡viejo proverbio! Si el niño trae consigo un carácter frio y cruel, calculador y egoísta, lo máximo que aún la divinidad, una escuela conducida por los dioses mismos, pudiese hacer a tal niño bajo tales circunstancias sería mejorar sus infortunados atributos mentales y suavizar las circunstancias para así poder ayudarle en la vida que viene.

Así que no es todo aquel que llora: "¡Raja-Yoga, yo soy un Raja-Yoga! quien no ha aprendido nada de nada al respecto. Las palabras llegan fácilmente de los labios del desconsiderado. Nosotros sabemos eso, y no reclamamos tener una escuela de milagros. Nuestra propia gran maestra, Katherine Tingley, nos ha dicho que un muy importante aspecto del sistema, es una escuela de prevención, no sin embargo, significando que nuestros profesores de Raja-Yoga pueden prevenir todas las cosas. Eso sería una idiotez, y nosotros no somos idiotas. Pero es en efecto una escuela en la cual, si existe la más mínima oportunidad de enmienda, de aliviar, de un crecimiento moral e impersonal, los pequeños aquí pueden tener esa oportunidad, y bajo nuestro sistema crecen, florecen y retoñan, tanto como las flores abren sus pétalos a los rayos del dorado sol; pero nosotros no podemos alcanzar milagros, y nadie lo sabe mejor que nuestros mismos profesores de Raja-Yoga, y nuestros verdaderos pupilos de Raja-Yoga.

Por lo tanto, nuestro maravilloso sistema de educación de Raja-Yoga, es, como cualquier otra cosa, no solo una escuela de prevención, sino una escuela en la cual el niño es estudiado con el fin de que sus crecientes facultades puedan manifestarse en forma más fácil y en última estancia de la mejor manera. Su mente es ansiosamente buscada y analizada bajo los velos frecuentemente desconcertantes de la personalidad por nuestros profesores de Raja-Yoga, impersonalmente y generosamente — pero, ¡el cielo no lo quiera! no por psicoanalistas ni nada por el estilo- sino analizadas sabiamente; sus tendencias anotadas, su carácter estudiado para su propio beneficio, y cada oportunidad posible dada para su desarrollo — no "naturalmente," como esta palabra ha sido repugnantemente mal interpretada, sino espiritual, moralmente, intelectualmente, con el fin de sacar lo mejor que está en ella, su propia alma, la cual es el hombre real a ser, o la mujer real a ser.

Y si no siempre tenemos éxito, la culpa no está en el sistema ni en nuestros espléndidos y aplicados maestros de Raja-Yoga. Nosotros hemos tenido un maravilloso éxito. El sistema se ha probado a sí mismo como un éxito maravilloso como un sistema; esto se debe en gran medida a los abnegados, maestros maravillosos que tenemos aquí, la mayoría de ellos traídos desde la infancia bajo la propia dirección de Katherine Tingley: enseñados por ella, no tanto en palabras, no tanto en libros, no tanto en meras lecciones mentales, no tanto estimulando el mero aparto mental de un sistema educativo que se solicita mucho. No es así.

Ustedes pueden encontrar tales métodos prácticamente en cualquier lugar más o menos; y en comparación con los principios e ideales del sistema Raja-Yoga, el anterior no equivale a un castañeteo de los dedos. El sistema, por otro lado, apunta a enseñar al niño lo que es, y cuál es la naturaleza de las cosas en sí mismas: a los niños se les enseña hacia dónde mirar para encontrar las cosas de gran valor en la vida, mientras que los maestros se les enseña como enseñar a los niños, como desarrollar las frecuentemente espléndidas facultades de la mente del niño, las cuales los sistemas ordinarios de instrucción no pueden alcanzar.

Ahí está el secreto completo en unas pocas palabras. No me sorprende que los teósofos resumidamente le llamen el Camino Real. Es el camino principal, el comienzo del camino principal, el cual ultimadamente guía a los dioses inmortales. Cuando el niño es enseñado a conocerse a sí mismo, es de ese modo enseñado a conocer sus relaciones inseparables con la naturaleza espiritual, y su unidad con todo lo que es, y de ahí fluye el sentido de la responsabilidad individual, no solamente al Ser, sino a todos los otros seres; y la resultante de todo esto es que si el niño ha sido propiamente enseñado, sus instintos espirituales y morales comienzan a trabajar por sí mismos de forma casi automática.

El domingo pasado hice la sugerencia a los padres y madres entonces aquí, que si ellos no pudiesen responder las preguntas de sus pequeños niños, que les dijeran un cuento de hadas. Ahora, lo digo en serio. La idea es parte del sistema del trabajo educacional de Raja-Yoga. Eso no significa, sin embargo, cualquier clase de un cuento de hadas que ustedes pueden encontrar en un libro comprado por un precio en las tiendas. Muchos de tales cuentos de hadas no son buenos, y algunos tienen aun una influencia inmoral sobre las impresionables y plásticas mentes de los niños; y esta última clase de cuentos no son para nada cuentos reales de hadas. Ellos son meramente cuentos imaginarios, escritos por escritores modernos quienes no conocen los secretos de la Naturaleza, quienes no han sido enseñados, como fueron enseñados los originadores de los espléndidos arcaicos cuentos de hadas, por los videntes y sabios.

Quiero decir por cuentos de hadas, esos espléndidos viejos mitos y leyendas los cuales han sostenido la prueba del tiempo, y los cuales contienen, todos ellos, una gran verdad espiritual, ética y científica. ¿Saben ustedes esa vieja rima infantil acerca de la vieja mujer quien vivía en un zapato, y que tenía tantos hijos que no sabía que hacer? Suenan solo como malos versos, ¿no es así? Bien, ese es un cuento de hadas nativo Inglés, y contiene una gran verdad, como muchas otras del folclore de cuentos de hadas. Por lo tanto es un verdadero cuento de hadas.

¿Quién es esta Madre que vive en un zapato? ¿Qué es el zapato? ¿Quiénes son los tantos niños? La Madre Naturaleza, amigos, viviendo en el universo alrededor de nosotros, el cual es llamado un zapato en este cuento porque es el vehículo externo en el cual la Madre Naturaleza trabaja; justo así como el zapato protege al pie y lo viste y lleva al cuerpo a lo largo de otras escenas y vistas. Esto es evolución expresada bajo la metáfora de un zapato. ¿Sabían ustedes que un nombre antiguo para el cuerpo fue "portador," o "mensajero" o "vehículo"? En otras leyendas este tipo la palabra "zapato" no es utilizada, sino que el mensajero o portador o cuerpo se dice que es como una prenda o un velo o una neblina, o alguna cosa como esa; pero la idea es esencialmente la misma.

Ustedes no podrían decirle fácilmente a un niño en terminología religiosa o filosófica, con palabras de una o dos pulgadas de largo, las grandes verdades de la naturaleza. Su mente no ha sido lo suficientemente sofisticada para mal entender la naturaleza de esa forma. No entendería el lenguaje que ustedes están hablando. Pero ustedes pueden enseñarle precisamente las mismas verdades de la naturaleza en figuras de lenguaje, por metáforas, por cuentos, y las cosas así enseñadas permanecerán en la mente.

El niño pensará acerca de ellos, los recordará, recordará versos: pero algo de valor mucho más grande que esto permanece: su conciencia ha sido despertada por el trabajo intuitivo de la finalidad espiritual dentro del significado de estas metáforas, cuentos, historias, etc., si son en realidad verdaderos cuentos de hadas.

Ustedes no tienen que explicarle al niño el significado ético de un cuento de hadas, de hecho, no sería prudente hacerlo, a menos que se nos pida hacerlo. Entonces tendrán que hacer lo mejor que puedan. Mientras tanto, no lo desconcierten. Permítanle pensar por sí mismo primero, y desarrollar el deseo o anhelo por una comprensión mayor. Sobrecargar o desconcertar la mente de un niño con el patrón é idioma de los mayores, que los mismos mayores no entienden, no es educación o instrucción de Raja-Yoga.

Permítanle al niño pensar por sí mismo, y ver la verdad por sí mismo. Sacar los poderes dentro del niño. Desarrollar la individualidad creciente del niño, guiarlo hacia su manifestación: este es el significado de la educación de Raja-Yoga. Ustedes no deberían tratar de pensar por su hijo así como ustedes no tratan de comer por él o caminar por él. Por otro lado, sean un ejemplo de conducta para su niño, custodien muy cuidadosamente su conducta y sus palabras cuando estén en la presencia de sus hijos, porque tienen una vista muy clara, y son lógicamente intuitivos, y cuando ellos ven al papá o a la mamá haciendo cosas prohibidas para el niño, no solamente ahí crece la falta de respeto por los padres, sino algo más serio que esto, un sentido de irreverencia por la belleza intrínseca de la enseñanza moral.

Cuando un niño ve a su padre o madre quebrando leyes — no meramente las leyes de la naturaleza, sino también las leyes del estado — aprende a tener un respeto desamoroso a la ley y el orden, ¡y por la autoridad constituida! Cuando ve a su madre o a su padre hacer trampa en los cinco centavos para la compañía de tranvías, el cual ha sido un ejemplo que personalmente he visto, ¡que lección es de ahí infundida dentro de la mente del niño! ¿Anhelan tales padres que su hijo crezca para ser un ladrón profesional o un criminal de alguna otra clase?

La vida y el deber de un profesor hace su profesión demandante, si él es del todo sincero, pero no obstante es un vida bella; y tengo una compasión positiva por el hombre o la mujer quien no tiene respeto por el niño pequeño. Ellos saben tanto como nosotros a su propia manera, y dentro de sus propias esferas, aunque no lo puedan expresar como los adultos piensan que pueden expresar lo que saben; y si ustedes piensan que ustedes saben más que sus hijos, entonces respondan a sus preguntas y respóndanlas honestamente. ¡Sean honestos ustedes mismos! ¡Por una vez en su vida enfréntese a ustedes mismos en la presencia de sus pequeños niños!

Debo decir que en leyéndoles algunas de estas encantadoras preguntas y dichos de los niños, en las cuales su maravillosa sabiduría elemental se muestra, he seleccionado nombres diferentes de los nombres reales de los niños, por la simple razón que veo algunas veces aquí en nuestro Templo las caras de los padres de los pequeños niños, y no se si deba dar los nombres reales de los niños o no. No puedo ver ningún daño haciendo eso, pero me incomoda que podría no ser lo correcto a hacer, aunque para algunos padres no les importa que mencionen los nombres de sus hijos en público. Así que he cambiado los nombres. Por mi parte, si fuese un hombre casado y tuviese un niño, o niños, estaría encantado de tener a alguien hablando acerca de sus preguntas y sus dichos infantiles.

Sobre la calle de un cierto pueblo de Pensilvania, hace algunos años, la siguiente conversación, corta pero verdaderamente lamentable, entre una madre y su pequeño hijo, de cuatro años de edad, fue oída por casualidad: El hijo: "Madre, ¿Qué harías tú si algo le pasaría a mi papá?" La madre (ligera duda y luego firmemente): "¡Yo lloraría, y lloraría, y lloraría, y lloraría!" Más tarde, la madre y el padre se preguntaran por qué su hijo es un niño llorón.

Ese niño no fue respondido apropiadamente. La madre habló desde su propia personalidad, y sin lugar a dudas ella pensó que había hablado desde su corazón. Ella fue tan vanidosa que quiso que aún su pequeño hijo comprenda que cuando papá muriese ella iba a ser herida terriblemente. ¿Pero cómo es posible que el sentimiento personal de la vanidad de la madre responda a las preguntas de su hijo? ¿Cómo ayuda eso al niño? Por el contrario, le enseña a mirar hacia su personalidad como algo de importancia y a llorar en la primera oportunidad cuando esa personalidad se le niegue algo que quiere. Les pregunto con franqueza: ¿Qué clase de pensamiento de madre fue ese el cual impulsó tal respuesta? ¡El yo, el gran yo!

Dos o tres de nuestros profesores de Raja-Yoga me han surtido con algunas preguntas encantadoras y dichos de algunos de nuestros pequeños niños. Las mencionaré durante el curso de mi charla esta tarde.

Los niños pequeños en uno de los grupos estaban una vez hablando acerca de lo que pasaba con todas las posesiones de uno cuando uno moría. Ellos fueron dichos que las gentes, antes de morir, hacían un testamento y decían lo que querían hacer con sus posesiones cuando ellos muriesen. Un niño dijo: "¿Pero qué pasa si el hombre muere sin que lo desee?" — significando sin haber escrito un testamento.

¿Cómo contestarían ustedes eso? Ustedes saben lo que se hace, pero cómo responderían a tan simple pregunta como esa. ¿Creen ustedes que esta pregunta del niño no tiene significado más allá de su sentido verbal? Yo creo que es un asunto más grande. Ese niño ha comenzado a pensar.

Aquí está otra pregunta: "Si las orugas y las arañas y los insectos tienen muchas patas, ¿porqué el hombre tiene solo dos piernas como un pájaro? ¿Por qué los peces y las ostras no tiene patas para nada?" ¿Podrían ustedes contestar esa pregunta? Olvídense de cualquier teoría científica que ustedes han escuchado. Solo recuerden que eso es solamente una teoría. ¿Pueden dar ustedes una respuesta completamente verdadera o natural a esa pregunta: pueden ustedes satisfacerse a ustedes mismos porqué ustedes tienen dos piernas, y los peces y las ostras no tienen ninguna, y las orugas y los insectos tienen muchas? Yo no creo que ustedes puedan.

Sin embargo ustedes deben de contestar la pregunta de su niño con alguna cosa, pienso que contestaría a ese niño como sigue, cuando menos como un comienzo, y se muy, muy bien que si mi respuesta no es satisfactoria, habrá un regreso muy rápido: "Nosotros no necesitamos tantas piernas, querido. Crecimos en esa forma." Ahora, cuando menos eso no es falso, y es sensible a la pregunta en lo que va, y el niño se preguntara sobre este hecho de "crecer en esa forma," y mientras vaya creciendo, y aprenda acerca de las teorías científicas de su día, su mente habrá alcanzado una cierta independencia de juicio, porque la semilla de pensamiento en este mismo tema ya ha sido plantada y ahí reside el comienzo de la formación en pensamiento certero.

Otra pregunta: "Muchas flores tienen un amoroso perfume, Señorita X. ¿Porqué no olemos tan bien, como las flores?" Bueno, ¿porqué no? ¿Piensan ustedes que hay algo ridículo acerca de esa pregunta? Yo no; creo que esa es una pregunta muy natural. En realidad, nosotros olemos, y pienso que hubiese contestado a ese niño justo así en esta forma: "Algunas gentes huelen bien y otras no. Los perros pueden notar la diferencia, ya que ellos tienen un sentido del olfato altamente desarrollado."

Ahora, esa respuesta es cuando menos una respuesta verdadera. Quizás a ustedes no les satisfaga, y eso no convencerá totalmente al niño. Pero en cualquier caso, no he desairado su mente; no lo he rechazado o arrojado la pregunta sobre sí mismo, y lo he hecho sentirse: "Oh, que tonto fui al hacerle tal pregunta a papá. No lo voy a hacer la próxima vez."

Saquen el alma en desarrollo del niño; ayúdenlo. Eso es lo que educación es, en contraste con la instrucción, la última con demasiada frecuencia significa solamente enseñarle un montón de disparates, que, cuando el niño crezca, olvidará. No hay, por supuesto, ningún daño en enseñar propiamente a un niño algunas de las teorías prevalecientes hoy en día. Existe una cierta cantidad de valor real en el entrenamiento mental; pero les digo, como un maestro de profesión, creo que existe mayor valor en enseñar a un niño como pensar que en que pensar.

¡El egoísmo humano! Si tratan de poner en la mente de un niño lo que ustedes piensan que deba de pensar, en el primer lugar encontrarán que es inútil, y en segundo lugar están perdiendo su tiempo, y lo peor de todo, están deformando la mente del niño, particularmente si es susceptible, como casi todos los niños son.

Ahora, ¿cuáles son las mejores formas de enseñarle a un niño cómo pensar, y vivir o sacar lo que está dentro de sí mismo? Ustedes dicen: ¿cuál es la utilidad de las lenguas muertas? Ellas no tienen un valor práctico. Ellas no generan dinero, ellas no le permiten al niño ganar su propio sustento, para crear una gran cuenta bancaria. ¿Cómo saben ustedes? Yo digo que es mucho más probable que un niño cuya mente ha sido entrenada apropiadamente estudiando lenguas muertas — precisamente porque ellas son imprácticas, para usar la expresión moderna- será más probable que tenga éxito en la vida en los así llamados asuntos prácticos, porque su mente ha sido entrenada, que aquel niño cuya mente no ha recibido tal entrenamiento en pensamiento y en disciplina. Tal entrenamiento enseña a la mente a ser precisa en su pensamiento, a estar cerca de sus observaciones, a hacer deducciones lógicas necesarias; y por lo tanto, sea lo que sea, estas lenguas muertas, matemáticas o cualquier otra cosa, son las cosas de valor para que un niño estudie, porque ellas entrenan ese niño a pensar y a pensar cuidadosamente.

Similarmente, las matemáticas por la misma razón precisamente exige el pensamiento preciso e impersonal. Luego los estudios científicos: díganle a su hijo que las cosas que ahora le están enseñando en las varias ciencias no son totalmente ciertas, que ellas pudiesen cambiar mañana; pero que son el más alto conocimiento de la naturaleza que hasta ahora ha sido alcanzado. Fuera de todo lo demás esto guiará a su niño a aceptar su franqueza, y por consiguiente lo hará también franco y honesto, lo cual es una gran ventaja en la así llamada lucha por la vida.

¿No creen ustedes que todo esto es verdad? ¿Piensan ustedes que nuestros científicos modernos son enciclopedias de verdades comprobadas del ser, y que nada más puede ser aprendido que lo que ellos saben, y que por consiguiente sus palabras o teorías en cualquier tiempo son irrevocables y absolutas verdades? Que cosa tan deplorable sería si no hay nada más para saber en el universo, y suponer que nuestros científicos conocen todas las cosas que existen, y que ellos son más grandes que el Gran Espíritu, porque ellos lo comprenden todo, y por consiguiente, ¿incluso incluye o, encierra mentalmente hablando, al Gran Espíritu?

Sí, creo que algunas personas tienen un olor muy placentero, y lo sentimos en más de una forma: su sola presencia es una bendición. Aún el olor natural animal del cuerpo humano en algunos casos no es bajo ninguna circunstancia desagradable; y los pequeños niños son muy susceptibles a estas cosas en sus intactos aparatos sensores e instinto. Contrariamente, el olor animal de algunas otras personas no es para nada placentero.

Aquí está una pregunta: "¿Porqué algunas flores van a dormir en la noche, y otras permanecen despiertas?" ¿Pueden ustedes contestar eso? ¿Porqué no recordarle a sus niños del girasol el cual gira su cara hacia el sol en la mañana y sigue al sol a través del cielo al girar sobre su tallo, y encara al sol hacia el oeste en la noche? ¿Pueden ustedes entender eso? Los científicos no pueden, aunque tienen teorías acerca de eso; pero cuando menos ustedes pueden decirle a su niño algún cuento de hadas con aplicación a este punto, y enseñarle a pensar, y quizás cuando crezca pudiese descubrir porqué algunas flores duermen en la noche y algunas permanecen despiertas. En cualquier caso, nosotros sabemos que tiene que ver con el sol, y su cuento de hadas puede tratar con los rayos del sol.

Yo lo siento por los padres y madres, las madres en particular. Si ellas no les pueden contestar a sus hijos sus preguntas, en el nombre de los dioses inmortales, ¿quién se las contestará? Por consiguiente yo digo de nuevo si ustedes no pueden contestar las preguntas, que es el caso más probable, díganles uno de los viejos nobles cuentos de hadas, y no traten de sobrecargar la mente del niño dándole elaboradas y teóricas explicaciones de acuerdo con su propio punto de vista. Permítanle al niño ejercitar sus propias facultades de imaginación e intuición. Nunca hay ningún daño en decirle al niño que hay una verdad muy bella en el fondo del cuento de hadas el cual deberá descubrir por sí mismo, y si el niño les dice: ¿La has descubierto? ustedes pueden decir: yo creo que sí; y entonces díganle al niño que es su explicación. Aquí de nuevo el niño los respetará por su franqueza, y a su vez se tornará franco, porque verá la franqueza como una cosa bella.

Enciendan su imaginación con estas verdades antiguas, y ustedes tendrán una niño o un niña quien crecerá viendo visiones de esplendor y soñará sueños de realidad. Sus facultades originales habrán sido ejercitadas. Ustedes no pueden hacer un bolso de seda — ustedes saben el resto. Pero pueden darles a sus niños cada oportunidad posible; y aunque sea un "oído de cerda," o un niño Jesús, no importa mucho, en cuanto a los principios que estamos discutiendo se refiere. En el nombre de la verdad, digo, den al pequeño niño su oportunidad de pensar por sí mismo.

Otra pregunta: "¿Porqué la cigüeña se para en un pata?" Esta pregunta fue dirigida a mi, y tomé medio minuto para pensar, y entonces alguien llegó al rescate — otro niño, él dijo: "¡Pregunta tonta! Porque, si alza la pata, se caería. Es por eso que se para en una sola pata." Ahora eso es gracioso, eso es realmente humorístico, pero ustedes saben, mi simpatía estaba con el niño quien hizo la primera pregunta. ¿Por qué en efecto, la cigüeña se para en una pata? Ningún científico puede contestar esa pregunta, aunque pueda teorizar acerca de ella tanto como usted y yo lo podemos hacer. Pero mi simpatía estaba con el primer niño, porque él no estaba satisfecho con la respuesta de su pequeño compañero. Él estaba pensativo; él reflexionó y miró al suelo, como un niño lo hará. Con respecto a mi, no dije ni una palabra. No quise echar a perder la atmósfera de la situación. Sabía que si hablaba o interfería, el pensamiento creciente en la mente de ese pequeño niño podría ser lastimado; y lo dejé como estaba. Estoy contento que así lo hice.

Otra pregunta: "¿Porqué es que los niños son siempre malos y los mayores son siempre buenos; porque los mayores fueron niños alguna vez?" esa es una pregunta muy dura. Realmente lo es. Creo que si me hubieran hecho esa pregunta, hubiera dicho: "Bien, querido, los niños no son siempre malos, ni todos los niños son malos; y los mayores no siempre son buenos, ni todos son buenos. Existen niños buenos y niños malos; y existen mayores quienes son buenos y mayores quienes son malos." Creo que no habría dicho nada más.

Aquí están dos pequeñas cosas encantadoras. Los niños estaban en la cena del domingo, y ellos comenzaron a hablar acerca de varias cosas que ellos tuvieron que comer. La lechuga, ellos sabían, crecía del suelo, ¿pero cómo crecen las galletas? Esto dio pie a una larga conversación con el profesor acerca de cocinar. Repentinamente Richard preguntó, aparentemente bastante irrelevantemente: "¿Hizo la Madre Naturaleza a mi papá?" "Sí, cierto," respondió el profesor. "Entonces alguna vez él debió haber sido un nene." "Sí." "¡Entonces," dijo Richard, "cuando todo el mundo estaba lleno de nenes, y no existían los mayores, Santa Claus y Madre Naturaleza debieron haber hecho toda la cocina!"

Hubiera deseado saber lo suficiente para decirle al niño pequeño, en efecto, para decirle a uno de mis colegas, justo cómo y por qué crece la lechuga. Puedo trabajar una respuesta que es perfectamente satisfactoria para mí, pero no creo que pudiera trabajar una respuesta que sería satisfactoria para otro adulto. Pausen un momento sobre esa aún más grande pregunta: "¿Por qué crece la lechuga?"

Pero ustedes pueden contestar estas preguntas, cuando menos satisfactoriamente para ustedes, si estudian teosofía, la cual no es de origen humano, la cual no ha sido imaginada por nadie, la cual no es tan solo una colección de dichos sabios procedentes de las varias religiones y filosofía del mundo; sino que ha demostrado ser, para aquellos que la han estudiado, la formulación en el lenguaje moderno de la sabiduría de los dioses transmitida a nosotros por los más grandes, más titánicos, visionarios espirituales e intelectuales que el mundo jamás ha conocido.

¿Ustedes piensan que no tienen esas facultades de entendimiento e imaginación en su constitución, quizás, latentes o activas como el caso pudiese ser, la cuales les permitirán ver verdaderas respuestas a cualquier pregunta? Me pregunto si realmente ustedes piensan eso. No lo creo. Sí un hombre puede pensar, ¿donde acomodarían los límites a la posibilidad de crecimiento de la facultad de pensamiento? ¿Se atreverían a decir que nunca puede ser más grande que lo que es ahora, y que hombres más grandes que nosotros nunca han vivido en el pasado, o nunca vivirán en el futuro? ¿O no vivieron en el grande y silencioso pasado de la tierra? ¿Y cómo se atreve cualquier ser humano pensante a decir que no existen en los espacios sin fronteras del universo seres más grandes que nosotros pobres humanos en este pequeña motita de polvo que nosotros llamamos tierra? Reza, ora piensa acerca de estas cosas.

Uno de los niños le preguntó a su profesor el otro día porqué las orugas siempre "se enredan" cuando ellas caminan. Ustedes saben como algunas orugas caminan, esas orugas que progresan enrollándose cuando ellas se mueven. Ahora, ¿pueden ustedes contestar esa pregunta? Esa es una pregunta muy sencilla. ¿Pueden ustedes contestarla? ¿Pueden ustedes decir por qué algunas orugas progresan enrollándose cuando ellas se mueven? No todas las orugas, pero algunas lo hacen. Sencillamente porque ellas están construidas en esa forma. Ellas tienen, como regla, tres pares de pies en la parte de frente de su largo cuerpo, y lo que se llaman pro patas o excrecencias carnosas en el final bajo, y algunas veces en medio. Las orugas quienes se enrollan cuando se mueven lo hacen así porque esa es la única forma en que ellas lo pueden hacer. Ellas no pueden moverse como las otras orugas; no pueden correr como la araña lo haría, tiene que moverse en esa forma: ellas no son lo suficientemente fuertes para enterrar sus tres pares de patas de enfrente dentro del suelo, o dentro de la corteza de la ramita, y jalarse ellas mismas; así que la naturaleza les enseña a hacer esos círculos de sus cuerpos, y por eso es que ellas "se enredan" cuando caminan. Ahora seguramente ustedes sabrán como explicar eso a un niño.

Ahora, los siguientes son también dichos hermosos — y como el tiempo está pasando rápidamente, no debo leer muchos de estos que he recolectado. Mary (cerca de los cuatro años de edad) viendo una lagartija lagarto por primera vez, la describió a su profesor como una "lagartija que estaba tan gruesa que no había nada fino en ella."

Un niño, cuando comenzaron a practicar para El Sueño de una Noche de Verano, preguntó a su profesor si ellos estaban practicando esa canción "Haz lo que quieras."

Otra niña (tres años de edad) cuando habló acerca de un botón que estaba desabrochado, miró a su profesora y le dijo, muy subida de tono: "Usted lo hizo." Cuando se le dijo que ella no debe hablar así, un guiño travieso apareció en sus ojos. Ella le hecho una mirada al botón, y entonces asumiendo una expresión muy recatada, dijo: "Este botón se deshace, no se quien lo hizo, no fue mi profesora." En otra ocasión dijo: "Yo no puedo abrochar este botón, Señorita X, sigue desabrochándose."

Mary había visto con gran interés cuando las temperaturas de los niños fueron tomadas durante una temporada de enfermedad. Ellas habían escuchado a los profesores cuando advertían a una pequeña niña quien tendía a morder el termómetro que si hacia eso se enfermaría terriblemente. Un día, ella trajo su muñeca y con la más grande preocupación dijo: "Mi muñequita está muy enferma, ella se tragó su temperatura."

Profesor: "¿Cuál es la capital del los Estados Unidos?" Una niñita grito: "George Washington, D.C."

Louise, tratando de repetir un poema el cual una línea decía: "Donde se encuentran las truchas grises" fue escuchada decir: "Donde se encuentran los pantalones grises." En otra ocasión, tratando de cantar: "Divino amor que a través de todas las cosas fluye," ella cantó: "Amorosa vid, a través de todas las cosas fluye."

Una pequeña niña se inclinaba a comer demasiado rápido, pero un día ella dobló sus manos muy firmemente y mirándolas, como si hablando a una persona real, ella dijo: "No, no pueden tomar más pan hasta que se les diga." Ahora ese es un bonito pequeño ejemplo de auto-control.

Aquí está algo sobre ustedes, amigos: Annie estaba muy interesada en conocer por qué las reuniones públicas ahora eran ofrecidas en el Templo de Paz. Nosotros explicamos que Katherine Tingley estaba tratando de enseñar las mismas lecciones al público que las que ella enseñaba a los estudiantes de Raja-Yoga. Miró rápidamente hacia arriba y dijo: "Eso es. Existen muchas cosas que no son ciertas que la gente cree, solo porque alguien les ha dicho, y nosotros estamos tratando de sacárselas, ¿cierto? Madame Tingley no quiere que la gente crezca sabiendo cosas tontas, ¿verdad?

Eso es lo que podríamos llamar ad hominem, un argumento dirigido al hombre.

Para nuestros niños criados aquí a la Escuela de Raja-Yoga, la muerte no tiene horror. En la mañana después de que la Sra. A. R. murió, y se les dijo a los niños, algunas pequeñas niñas quienes habían sido enseñadas en casa a pensar en la muerte como una cosa triste, pusieron unas caras largas; pero Dorothy, quien pensó de la muerte como ir a la Tierra de Cuentos, aplaudió, y con una cara iluminada de felicidad, exclamo: "¡Oh bien! Ahora ella descansará y cuando ella regrese de nuevo con nosotros, ella estará toda bien y no sufrirá ya más, ¿no es verdad?

¡Que cosa tan maravillosa es la mente de un niño! Y por otro lado, ¡como las mentes de nuestros niños son ridiculizadas y como sus corazones son heridos por la terrible vieja atmósfera de la vieja religión casera que envolvió algunas de las más naturales y bellas cosas en el mundo!

Tommy regresó de la playa con un traje de baño empapado sobre su brazo, y su cabello todo mojado. "Bien, Tommy," dijo su madre, "¿Cómo fue que las olas no te tragaron hoy?" "Porque Yo me las trague a ellas," rápidamente respondió (Tommy tiene cinco años.)

Un día Tommy preguntó: "¿Tiene los caramelos (los cuales él pronuncia carrmellos) algo que ver con el Karma?" "Algunas veces," dijo su profesor. Tommy se detuvo pensando por un momento, y entonces dijo: "¿No cree usted que ellos son muy buen karma?"

Aquí está una cosa bonita: Tommy había estado caminando en el bosque con su madre y su papá. El papá tuvo que dejarlos por un pequeño rato, y mientras estaba ausente sucedió que ellos vieron una bandada de pavos salvajes. Cuando el papá regresó, la madre dijo: "Tommy, ¿no le vas a decir a tu papá lo que nosotros vimos?" "¡Oh, sí!" dijo Tommy, y entonces con un modo muy impresionante: "¡Papá, nosotros vimos una bandada de Acción de Gracias!"

Antes de retirarnos esta tarde, recordare a sus mentes, con su permiso, lo que mencioné en la primera parte de nuestra conversación esta tarde acerca de los cuentos de hadas como siendo verdaderos o falsos. Esos cuentos de hadas son verdaderos cuando incorporan algún gran hecho natural, algún gran elemento del universo, una de las grandes operaciones del ser universal, y estos grandes hechos naturales, cuando menos alguno de ellos, han sido dados a las humanidades ancestrales por los videntes y sabios, están incorporados en dos tipos de tesoros de la tradición natural, por así decir.

Uno es el folklore nativo, variando en diferentes países de acuerdo a diferentes gentes, pero en grado muy grande en todos lados contiene los mismos elementos de la verdad. El otro es un cuerpo de grandes y maravillosas leyendas e historias las cuales han sido traídas hacia el occidente desde la madre tierra de las religiones y ciencias, La India arcaica; y para mostrar como estás maravillosas historias fueron puestas por grandes mentes en la forma de mito y leyenda, y por lo tanto, forman parte de la mitología de varias gentes, pasaron de mente a mente y de edad a edad, y de gente a gente, me tomé el trabajo esta mañana de investigar un solo caso y redactar los resultados de mi investigación en una forma sencilla.

En la India antigua existió una colección de fábulas encantadoras y cuentos inculcando altas virtudes morales y verdades filosóficas y religiosas, bajo la forma llamada la Fábula de la Bestia. El Libro de la Selva de Kipling contiene historias copiadas siguiendo el estilo y contenido de algunos de estos cuentos los cuales aún existen en la literatura Sánscrita, tal como la Panchatantra y el Katha-Sarit-Sagara.

Hace siglos, por comando del Rey Persa de la dinastía Sasánida, Khosru Anushirwan, en 531-579 de la era Cristiana, una traducción de la colección arcaica Hindu fue hecha en Pehlevi, la lengua literaria de Persia.

De esta versión Pehlevi fueron hechas dos traducciones notables: una en Siria, alrededor de 570 D.C., y la otra en árabe cerca de 760. Estas dos versiones fueron llamadas respectivamente, la de siria, "Las Fábulas de Kalilag y Danmag," de los nombres de dos chacales Krataka y Damanaka quienes figuraron prominentemente en la Sánscrito original; y la árabe Kalilah y Dimnah o "Las Fábulas de Pilpay."

Desde esta versión en árabe llegó a su vez otra versión de siria en el siglo décimo u onceavo, una al Griego cerca de 1080, una de regreso al Persa cerca de 1230, una en Hebreo fechada cerca de 1240, una en Español antiguo fechada cerca de 1250.

De la traducción Hebrea llegó la versión al Latín, hecha por Jean de Capoue, fechada cerca de 1270 y llamada Directorium Humánae Vítae, o "Directorio de la Vida Humana."

De ésta versión Latina llega la traducción en Alemán, primero impresa cerca de 1481 por petición del Duque Eberhard im Bart, y llamada en antiguo Alemán, Das buch der byspel der altern wysen, o, en alemán moderno, Das Buch der Beispiele der alten Weisen — "El Libro de los Ejemplos de los Sabios Antiguos."

De la versión Latina de Jean de Capoue también llega la versión en Inglés de Sir Thomas North, 1570. La Fontaine, el gran fabulista francés, en la segunda edición de sus Fábulas, 1678, confesó su agradecimiento a Pilpay, el "Indio Sabio," y en otro sito dice:

Fábulas, en verdad, no son lo que ellas aparentan:
Nuestros moralistas son ratones, y pequeños ciervos.
Nosotros bostezamos en los sermones, pero muy gratamente volteamos
Hacia los cuentos morales, y muy entretenidos aprendemos.

Y el Dr. Johnson, un pintoresco viejo Inglés, en su Life of [John] Gay, dice:

Una fábula o apólogo parecen ser, en su estado genuino, una narrativa en la cual seres irracionales, y algunas veces inanimados, son, con el propósito de instrucción moral, simulados a actuar y hablar con intereses y pasiones humanos.

Y cuán verdaderamente el niño comprende todo esto, con su no sofisticada, intacta, mente y su corazón.

Existe un punto al cual la atención deberá ciertamente ser llamada antes que concluya mi lectura esta tarde. Es este: que el resumen breve de la traducción o transmisión de los elementos de la Fábula de la Bestia como anteriormente se indica, de la India arcaica hacia los modernos países Europeos, muestra cuán cerca al corazón, hombres serenos y de mente seria tomaron estos cuentos de hadas, leyendas, mitos, y otros, sus mentes siendo menos sofisticadas que las nuestras, sin embargo, aunque hayan estado hundidos o no en la superstición, religiosa y de otra clase; de modo que el gran valor y belleza intrínseca de estos viejos cuentos morales, mientras entendieron muy poco del significado esotérico detrás de ellos, y probablemente, de hecho, entendieron muy poco en todos ellos, aun así el bello llamamiento que esas historias hicieron a sus mentes, tan bien como a sus corazones, es suficientemente significativo. Nosotros somos tan sofisticados en nuestro ultra moderno egoísmo que fallamos en ver la belleza donde la belleza yace, y ¡corremos ante esqueletos ataviados en terciopelo y pintura!

En conclusión, amigos, Katherine Tingley describe su sistema como sigue:

La cosa más verdadera y más justa de todas con respecto a educación es atraer la mente del pupilo al hecho de que el ser inmortal está siempre buscando sacar al ser completo hacia un estado de perfección. El secreto real del sistema Raja-Yoga es más bien evolucionar el carácter del niño más que sobre cargar la mente del niño; es sacar más bien que traer a las facultades del niño. La parte más grande es desde dentro.


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